• El centro tecnológico AZTI elabora un informe que revela que la madurez digital de la industria alimentaria en Euskadi se encuentra en un nivel de “principiante”
  • La entidad vasca dibuja el diagnóstico de la situación actual del sector con el fin de hacer frente al reto de la digitalización en el sector alimentario
  • Las grandes empresas ya han comenzado su andadura en la industria inteligente, pero, las pequeñas, en cambio, encuentran dificultades para implementar la Industria 4.0

(Bilbao, a 21 de noviembre de 2019). Las tecnologías digitales están transformando las comunicaciones, la fabricación industrial, el turismo y el consumo. La introducción de las soluciones derivadas del código binario están abriendo un universo de oportunidades para ofrecer avances competitivos, sin embargo la industria alimentaria vasca todavía no se ha subido a esta revolución.

Así se desprende de una macroencuesta realizada por el centro tecnológico especializado en la cadena de valor de la alimentación AZTI, que ha sido desarrollada con el fin de conocer la situación actual, las posibilidades y las perspectivas de futuro en cuanto a digitalización en el ámbito alimentario. En informe se ha presentado en el evento Basque Industry 4.0 The Meeting Point que tiene lugar los días 20 y 21 en el BEC.

De acuerdo con el informe, el grado de madurez digital de las empresas alimentarias vascas se encuentra en situación de “principiante”. El sector agroalimentario de Euskadi se encuentra en el nivel 2 (en una escala del 1 al 5), pero este resultado está muy vinculado al tamaño de las empresas.

“Cuanto más pequeñas son las empresas, menor implementación digital se observa, y también hay variaciones en función del sector. Las empresas alimentarias vascas son, en su mayoría, PYMES con menos de 25 empleados, que encuentran dificultades a la hora de enfrentarse a esta transformación, lo que hace que la industria alimentaria de Euskadi se sitúe a la cola en la asignatura de transformación digital. Las grandes empresas, sin embargo, sí que están empezando su camino hacia la industria inteligente”,


explica Idoia Olabarrieta, experta en cadena alimentaria 4.0 de AZTI.

Según concluye el estudio, la industria alimentaria vasca está muy segmentada y las causas de este resultado negativo son diversas. Por un lado, la falta de formación y conocimiento de las tecnologías dificulta su implementación; y, por otro, la casuística específica que presenta la industria alimentaria también es un factor determinante, debido a que las materias primas y los productos perecederos están sujetos a una constante evolución.

“Existe una gran falta de conocimiento en torno a este tema y las empresas creen que hacen falta grandes inversiones para ello. Sin embargo, es importante que comprendan que el objetivo no es lograr el nivel de madurez más alto, sino que, en función de la realidad de cada una, será necesario priorizar los diferentes aspectos de manera paulatina”, agrega Olabarrieta.

Un diagnóstico como punto de partida

El centro tecnológico ha desarrollado este informe a partir de más de 200 respuestas de empresas de la CAPV con el fin de crear un diagnóstico que sirva como punto de partida para explotar las posibilidades de esa dimensión digital en el sector y plantear así nuevas oportunidades tecnológicas o ideas para los próximos años que permitan mantener la competitividad y sostenibilidad del sector en el futuro.

“La transformación digital es una necesidad para ser competitivos, por lo que es primordial saber dónde estamos y qué tenemos para poder plantear las futuras implementaciones digitales. Las empresas que no afronten el reto de la Industria 4.0 corren el riesgo de perder competitividad”, afirma la experta de AZTI.

En el informe, realizado en julio del 2018, el centro de investigación ha analizado ámbitos como la estrategia y la organización, los procesos inteligentes, la conexión de la cadena alimentaria, la experiencia del consumidor y los recursos humanos. Asimismo, los sectores representados han sido un total de siete: pescado y transformadores de pescado; cárnico; bebidas; panadería y pastas; hortofrutícola; lácteo y otros productos.

Mejor eficiencia y trazabilidad

Los beneficios que aportan las nuevas tecnologías en el sector alimentario son diversos, pero destacan, principalmente, la mejora de la eficiencia y la flexibilidad productiva, así como la mejora de la trazabilidad de los productos.

“La implementación digital reduce los costes de toda la cadena alimentaria, mejora la comunicación entre los diferentes agentes y mejora la eficiencia de la cadena logística. Además, también aumenta la seguridad laboral y la reducción de los errores humanos, entre muchas otras ventajas. En definitiva, la industria inteligente permite tener una máxima comunicación e información propia de la cadena en tiempo real, lo que ayuda a tomar decisiones rápidas que hagan sus negocios más eficientes”


, asegura Olabarrieta.

Así, este estudio no pretende proponer una metodología rígida en la implementación de las tecnologías 4.0, sino que está orientado a permitir a las empresas desarrollar su proceso de transformación individual. “Es importante avanzar en las líneas propuestas en este informe, contando con la implicación y compromiso de todos los integrantes de la empresa”, concluye.

Últimas noticias