Saioa Álvarez, Laura Fernández y Esther Sanmartín, investigadoras de Nuevos Alimentos.

Mucho se ha evolucionado desde los primeros aerosoles comercializados a mediados de los años cincuenta. Tanto, que hoy en día que exista el aerosol en alimentación no sorprende. ¿O sí?

Lo cierto es que más allá de la nata montada o el aceite en espray, la presencia de este formato en el mercado de la alimentación es limitada. Sin embargo, la búsqueda de soluciones o formatos novedosos que satisfagan a los consumidores puede hacer que esto cambie. Aquí van algunos motivos por los que merece la pena considerar los alimentos envasados en aerosol.

Una ayuda en la cocina con resultados sorprendentes

La tecnología de envasado en aerosol permite desarrollar productos de alta calidad sensorial, con texturas atractivas y formatos innovadores como espumas, productos pulverizados, etc. Ejemplos como la espuma de queso, la masa de churros, el “frosting” para pastelería, etc., son productos en aerosol ya desarrollados y que permiten crear platos de elaboración más compleja en un tiempo muy reducido. Y es que no hay que olvidar que al consumidor le gusta cocinar, pero no dispone de tiempo para hacerlo. Así mismo, con este tipo de envasado se pueden realizar decoraciones atractivas, tan demandadas en hostelería, sin necesidad de utilizar utensilios de cocina adicionales.

marianito con zappore

Facilitan la dosificación

Son productos de aplicación fácil y limpia, que además permiten adaptar la ración a nuestras necesidades, favoreciendo una reducción del desperdicio alimentario respecto a otros envases convencionales.

El control de la dosificación y el formato con el que el producto es dispensado permiten además reducir la ingesta de ingredientes menos saludables como la sal, el azúcar o la grasa. Un ejemplo: la sal en aerosol puede ayudar a reducir un 20% su consumo diario.      

Alargan la vida útil del producto

Otra de las ventajas de este tipo de envases es que incluso una vez abierto, evitan que el aire, la luz o agentes microbianos penetren su interior protegiendo al producto de contaminaciones y de reacciones comunes en alimentación, como la oxidación. Por ello, al ser capaces de garantizar una mayor vida útil una vez abierto, aumentan las oportunidades de consumirlos.

Tecnología versátil y en constante evolución

Es una tecnología consolidada que a su vez se encuentra en constante evolución. Los elementos que la componen, como válvulas, envases o dispensadores pueden ser elegidos y adaptados según la aplicación deseada, lo que hace que las posibilidades de aplicación en alimentación sean muy extensas. Además, desde el punto de vista medioambiental, la reducción del desperdicio alimentario, el uso de gases con bajo impacto ambiental y la constante innovación de la industria del aerosol hacia envases más sostenibles y con elementos reutilizables, auguran un futuro prometedor a esta tecnología. 

Aún queda mucho territorio por explorar en este ámbito, pero el conocimiento y la tecnología alimentaria están disponibles. Solo hay que aprovecharlos.

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