ROGELIO POZO. CEO. AZTI

Elegir una cápsula de café, introducirla en la cafetera y conseguir en unos segundos un expreso con todo su aroma y sabor intacto. Cómo en la mejor cafetería de Italia. Este hábito, que se repite a diario en hogares de todo el mundo, ha conseguido revolucionar en unos pocos años la industria del café. Es sólo un ejemplo de lo que la tecnología, la investigación y la innovación aplicada al sector alimentario puede conseguir.

Lo sabemos bien en AZTI y también sabemos que nos enfrentamos a un mundo marcado por el aumento de la población mundial, el encarecimiento de las materias primas, el envejecimiento y los cambios sociodemográficos, la digitalización y un mundo cada vez más urbano e interconectado.

El crecimiento de población y de la renta per cápita en el mundo va a provocar una revolución en la alimentación a nivel global. El incremento de la demanda de alimentos unido a las implicaciones del cambio climático conllevará que no haya agua potable ni tierras fértiles para producir los alimentos que se necesitan. La alimentación es ya un recurso estratégico al mismo nivel que la energía.

Proteínas vegetales y realidad aumentada

Ante este escenario, la innovación, tanto tecnológica como de mercado, será esencial para poder hacer frente al suministro alimentario del futuro, ya que se precisará de una rápida adaptación a los continuos cambios globales que se están produciendo y a los que aparecerán en los próximos años. En AZTI somos conscientes de este desafío, por eso ponemos todo nuestro conocimiento, tecnología e innovación al servicio del desarrollo sostenible del sector alimentario.

Y ¿cuáles son estos cambios? Con las proyecciones futuras del sector, la innovación y la tecnología tienen grandes retos y se convierten en una de las principales palancas para competir. La cadena de valor de alimentos será una de las áreas más innovadoras en los próximos años. Se desarrollarán nuevos métodos de producción de alimentos provocados por la revolución que está experimentando la biotecnología, lo que permitirá producir proteína cárnica y pesquera en el laboratorio.

Se llevarán a cabo nuevas tecnologías génicas para mejorar la producción de leche, carne o pescado y nuevas variedades vegetales más productivas y resistentes a plagas o con nutrientes con propiedades funcionales específicas.

Así mismo, nuevas técnicas de cultivo permiten ya la introducción de nuevos caracteres o modificar los ya existentes de manera eficiente, la agricultura vertical sin tierra, acuicultura en circuito cerrado y otras nuevas formas de producción de alimentos más eficientes que requieran de poco agua y tierra.

La integración de las TICs en los procesos de producción, logística y comercialización están suponiendo importantes avances en la eficiencia de los procesos permitiendo menor uso de fertilizantes, agua, agroquímicos, antibióticos, generación de menos mermas y subproductos, logísticas más eficientes, procesos más trazables y seguros, alimentos más vinculados con el consumidor y otras muchas prestaciones inimaginables hace pocos años.

Sin embargo, hoy sólo vemos la punta del iceberg de lo que serán los nuevos sistemas de producción avanzada en la cadena de valor de la alimentación. Invertir en estos desarrollos será un factor diferenciador de los países para poder contar con un sistema avanzado y eficiente, que van a contribuir también a hacer el sector más atractivo favoreciendo el relevo generacional y la atracción de talento.

También la forma en la que se presenta el producto sufrirá cambios importantes: el envase, debe cambiar y satisfacer las expectativas de un consumidor que cada vez es más reflexivo, demanda más información en tiempo real y tiene a su alcance múltiples opciones de elección. Tecnologías como la realidad aumentada será cada vez más habitual en los envases de alimentos, con el objetivo de crear experiencias memorables en los consumidores, fruto de la necesidad de una continua conexión y atracción del consumidor a través de medios digitales.

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