Recientemente, ha comenzado un nuevo proyecto de EIT food llamado «Smart Tags/Etiquetas Inteligentes». El objetivo del proyecto es aumentar la confianza de los consumidores en los productos y el sistema alimentario compartiendo información sobre las cadenas de valor durante todo el ciclo de vida de los productos. El proyecto proporcionará a los consumidores y proveedores una conexión interactiva mediante el uso del llamado etiquetado inteligente o etiquetas inteligentes. Permitirá la posibilidad de dar feedback, hacer preguntas y co-crear y desarrollar productos y servicios. Igualmente, al mismo tiempo, permitirá a la industria alimentaria comprender mejor las necesidades de sus clientes y, por lo tanto, desarrollar los productos y servicios que solicitan.

En un mundo altamente globalizado en el que las cadenas de valor alimentarias suelen ser largas y complicadas, los consumidores se encuentran con que no confían en la información que les proporcionan sus proveedores. Las investigaciones muestran que existe una brecha entre el nivel de información que los consumidores quieren en los envases de los alimentos y lo que se muestra actualmente en ellos. La información que interesa a los consumidores es, por ejemplo, qué ingredientes se utilizan, el origen de los ingredientes, la sostenibilidad del producto, el comercio justo, la autenticidad, los métodos de transporte, la vida útil y el grado de reciclabilidad del envase. Igualmente, los consumidores a menudo encuentran que la información nutricional es difícil de interpretar. Además, muchos productos muestran eslóganes con afirmaciones vagas como «sostenible», «natural» o «saludable», sin ser apoyados esos eslóganes con hechos y cifras reales.

Para los consumidores, una etiqueta inteligente puede ser desde un simple código de barras que puede ser leído por el teléfono móvil hasta un cambio de color visible en un indicador, lo que les permite acceder a información sobre el producto más relevante y en tiempo real. Estas etiquetas inteligentes también pueden utilizarse para que el cliente pueda dar su opinión o comunicarse con los productores, proveedores u otros agentes. Otros ejemplos de etiquetas inteligentes, pueden ser marcadores visibles o electrónicos con funciones de detección ambiental, como tinta funcional, sensores o indicadores, combinados con inteligencia de software. Cuando se imprimen con la tinta funcional algunas partes o áreas de un código de barras 2D, el resultado del escaneado del código cambia dinámicamente cuando hay una variación el estado de la parte funcional. Cuando las condiciones del entorno cambian, como la temperatura ambiente, la iluminación o la humedad, algunas partes del código de barras aparecen, desaparecen o cambian de color modificando el resultado del escaneado.

El proyecto Smart Tag está coordinado por el Centro de Investigación Técnico VTT de Finlandia, y el consorcio está formado por otros centros de investigación, industria alimentaria y desarrolladores de tecnología de toda Europa. Los socios son la Universidad de Reading (Reino Unido), la Universidad de Varsovia (Polonia), KU Leuven (Bélgica), Matis (Islandia), AZTI (España), DouxMatok (Israel) y Maspex Group (Polonia). El proyecto Smart Tag cuenta con el apoyo de EIT Food, organismo de la Unión Europea.

A través del proyecto, se crearán conjuntamente con los consumidores y otros agentes en todos los países participantes nuevas soluciones y conceptos de servicio novedosos que utilizan estas tecnologías de etiquetas inteligentes. El proyecto Smart Tag se desarrollará a lo largo de 2020. Puede seguir información actualizada del proyecto a través de la página web del proyecto y en la cuenta de Twitter.

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