JAVIER AMEZAGA. Experto en alimentación y salud. AZTI

Es bien conocida la importancia que tiene el llevar unos hábitos de vida saludables (deporte, una buena alimentación…). Sin embargo, teniendo al alcance toda la oferta de entretenimiento que ahora disponemos (plataformas de vídeo, música, lectura…) se antoja complicado encontrar la motivación suficiente para dedicarle unos minutos de nuestros días a estos menesteres. Además de los beneficios comúnmente descritos para la práctica deportiva, existen una serie de características que nos aporta un estilo de vida activo y saludable que no son fácilmente visibles, pero que tienen un impacto muy beneficioso para nuestra salud. Curiosamente, nuestro organismo es agradecido y, haciendo ejercicio diario entre 30 y 60 minutos, se pueden obtener resultados positivos:

Beneficios sobre el sistema inmune

Pese a que, aparentemente, parezca más complicado padecer enfermedades estando en casa, el ejercicio ayuda a disminuir aún más esa posibilidad:

  • Vigilancia inmunológica mejorada. Al igual que ocurre con nuestro metabolismo, el ejercicio activa nuestro sistema inmune haciendo que se encuentre en un “estado de alerta” respondiendo con mayor celeridad ante posibles patógenos.
  • Controla las hormonas del estrés. Estas hormonas, como el cortisol, ejercen un efecto negativo en nuestra capacidad de respuesta inmune. A través del deporte, sin embargo, conseguimos que los niveles de estas hormonas se mantengan bajos, impidiendo que actúen en nuestra contra.

Beneficios sobre el estado de ánimo

Este puede ser uno de los aspectos en los que veamos más reflejada la acción del deporte. La limitación de salir de casa a quien más, a quién menos, acaba pasando factura. Existen múltiples estudios que relacionan el deporte y estados emocionales agradables. De hecho, es una estrategia ampliamente utilizada en la prevención de situaciones de estrés o depresión. Además, la percepción de una satisfacción personal y mayor autoconfianza promovida por la actividad física se puede conseguir en tiempos relativamente cortos.

Por otra parte, pero relacionado con este estado emocional positivo, el deporte moderado limita la liberación de hormonas inductoras del estrés, que junto con lo que se ha mencionado para la mejora inmune, favorece a que psicológicamente este periodo sea más llevadero.

Hay que destacar que la lista de efectos beneficiosos que ofrece la actividad física es considerablemente larga, así que lo mejor que podemos hacer es animarte a que los pruebes tu mism@. Si no sabes por donde empezar, existen varias cosas que puedes hacer para que poco a poco te vaya resultando más sencillo:

  • Elige una franja horaria en la que encuentres más facilidad para hacer actividad física y resérvala los próximos días.
  • Planifica el entrenamiento del día. Resulta de gran ayuda pensar antes de llevarlo a cabo, qué ejercicio vas a realizar, ya que de esa manera te motivará a acabarlo. Por otro lado, es importante que valores objetivamente tu nivel físico, ya que planificarte tanto metas muy ambiciosas como poco exigentes hará que te descuelgues con mayor facilidad. Puedes ayudarte de plataformas online para organizar estos ejercicios.
  • Establece una meta para conseguir a final de mes. Alcanzar un objetivo viable te ayudará a mantenerte enganchad@ a tus rutinas de entrenamiento. Además, te resultará más sencillo planificar el ejercicio diario y te aportará la satisfacción de ir conociendo tus progresos.
  • Si puedes, anima a alguien para que haga deporte contigo. Además de resultar más entretenido, adquirir una rutina deportiva con los que están en casa te ayudará a adquirir ese hábito con facilidad.

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