Consumidores y productores, a favor del uso de fagos como alternativa a los antibióticos en la lucha contra Campylobacter
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- Los fagos o bacteriófagos son organismos que infectan y destruyen las bacterias diana.
- La infección por Campylobacter se ha relacionado principalmente con el consumo de carne de pollo contaminada, lo que ha generado un incremento en la demanda de nuevas estrategias para el control de este patógeno desde la granja hasta la mesa.
- El proyecto C-SNIPER trabaja en el desarrollo de una herramienta innovadora y natural basada en bacteriófagos, que resulte eficaz para reducir la presencia de Campylobacter en aves de corral.
- Un 90% de productores y un 85% consumidores encuestados aceptan el empleo de bacteriófagos como método para el biocontrol de Campylobacter en granjas de producción avícola.
Derio, a 25 de marzo de 2021. La campilobacteriosis, que en su mayor parte se produce por el consumo de carne de pollo contaminada con la bacteria Campylobacter, es la intoxicación alimentaria más frecuente en Europa, con 220.682 casos reportados en 2019 y un coste asociado de 2.400 M€/año.
Las medidas de control actual en las granjas se basan principalmente en el uso de antibióticos lo que contribuye a la diseminación de cepas de Campylobacter. En el mercado existen ya algunos productos basados en fagos, organismos que infectan y destruyen ciertas bacterias diana, como en el caso de los patógenos alimentarios Listeria monocytogenes, Escherichia coli o Salmonella. Sin embargo, aún no existen productos específicos frente a Campylobacter.
C-SNIPER, proyecto financiado por el Consorcio Europeo de Alimentación EIT-Food, y en el que participan cinco socios europeos (AZTI, Institute of Animal Reproduction and Food Research PAS, la Universidad de Turín, Phage Technology Center GmbH y O.R.A. Società Agricola) está desarrollando un producto que llenará ese hueco en el mercado. A través de una innovadora y eficaz estrategia de mitigación que utiliza los fagos, esta iniciativa reduciría la presencia de Campylobacter en la granja, el matadero y/o en instalaciones de procesado de aves de corral. Además, esta herramienta contra Campylobacter podríaser integrada en los protocolos de higiene ya establecidos en la producción y el procesado.
Se trata de una alternativa a los antibióticos que, por ser altamente específica frente a un único género de bacterias (Campylobacter), resulta inocuo tanto para plantas, animales y humanos, como para el resto del microbiota natural circundante. Además, esta solución facilitaría el control de la diseminación de este patógeno sin afectar a la apariencia y calidad del producto final.
Asimismo, según un estudio realizado en el ámbito del proyecto y que será publicado próximamente, consumidores y productores avalarían el potencial uso de bacteriófagos en la lucha contra Campylobacter con una alta aceptación de esta de un 85 y 90%, respectivamente.
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Campylobacter, la gran desconocida bacteria
Sin embargo, Campylobacter continúa siendo un gran desconocido para la población en general, por lo que en el marco del proyecto se han desarrollado diferentes materiales educativos, como videos e infografías, para concienciar sobre qué es Campylobacter, cuál es la principal fuente de contaminación y cómo se puede minimizar el riesgo de infección en el ámbito doméstico, así como para familiarizar a los consumidores con la seguridad, la eficacia y la ubicuidad de los bacteriófagos, fortaleciendo así esta novedosa estrategia anti-Campylobacter.
Evidencia científica para facilitar la regulación
Por otro lado, gracias a la investigación de C-SNIPER, se está analizando el impacto general de la solución sobre el crecimiento, la salud y el bienestar animal. Así, se están llevando a cabo estudios para descartar la aparición de desequilibrios en la flora intestinal de las aves y el posible desarrollo de resistencias a los bacteriófagos tras el tratamiento. De esta manera, mediante la aportación de nuevas evidencias científicas, el proyecto contribuirá a facilitar la regulación sobre el empleo de bacteriófagos, ya que, si bien varios países como EE. UU., Canadá o Suiza, han aprobado la utilización de bacteriófagos en alimentos, en la UE no hay regulación específica por el momento.
Con todo esto, C-SNIPER contribuirá al crecimiento del sector avícola europeo mejorando la salud animal y la seguridad de la carne de ave, reduciendo consiguientemente el gasto en salud pública, y, además, ayudará a incrementar la protección del consumidor y su confianza en la calidad y seguridad de estos productos.