Es el momento de apostar por los valores para generar más valor
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ROGELIO POZO. CEO AZTI
Las personas tenemos la oportunidad de cambiar el mundo, pero no terminamos de creer en el poder que tenemos para hacerlo. Cuando compramos productos baratos de otros países estamos importando también su modelo de sociedad, basada en la explotación de las personas, falta de medidas de seguridad, protección del medioambiente, etc., y destruimos el empleo de calidad que tenemos y la sociedad de bienestar que hemos creado. No tenemos que preguntarnos por qué algunos productos son supuestamente caros, sino por qué otros son tan baratos. En cada acto de compra tenemos que pensar y valorar lo que hay detrás de esos productos, a veces, esclavitud del siglo XXI, destrucción de ecosistemas, pesca ilegal, falta de sistemas de control… No se trata de estar contra las importaciones o exportaciones, al contrario, pero todos debemos jugar con las mismas reglas de juego y exigencias.
Defensa de las marcas cercanas
En las empresas nos preocupamos por las cadenas de suministro y se busca continuamente ahorros de costes. En esa estrategia siempre encuentras a alguien dispuesto hacerlo más barato, pero terminas siendo rehén de tus proveedores. Es el momento de recuperar la producción y de defender las marcas más cercanas, empáticas y comprometidas con la seguridad y salud de la ciudadanía, aquellas que crean empleo y riqueza y comparten nuestros valores sociales. A través de pequeños gestos podemos transformar el comportamiento de las marcas, creando comunidad y conectando con las personas. Porque detrás de cada marca hay, no sólo una propuesta de valor, sino y sobre todo, una cadena de valores.
Se abren oportunidades para el sector de la alimentación que vuelve a ponerse en valía. Si se aprovecha la coyuntura para avanzar en su industrialización y digitalización servirá de palanca para su crecimiento. La cadena de valor de la alimentación es un sector tractor de otros muchos sectores fabricantes de bienes de equipo, envases, logística y transporte que se ha demostrado es estratégico, no sólo por su aportación al PIB y la generación de empleo, sino porque cubre, como se ha comprobado en esta pandemia, una necesidad básica, como es garantizar el suministro de alimentos a la sociedad.
Un mirada hacia lo de dentro
Los países van a volver a mirar hacia dentro y a tornarse más autosuficientes y proteccionistas en lo fundamental, lo que va a aproximar los eslabones de las cadenas, que hay que tratar de atraer y retener como la alimentación y todo lo que tenga que ver con la salud. Una cadena de valor de la alimentación, sostenible, industrial, digital y con alto valor añadido saldrá reforzado. Es además una oportunidad para atraer y retener capital y talento.