IDOIA OLABARRIETA y ÁNGELA MELADO. Expertas en Alimentación 4.0. AZTI

La crisis generada por el Covid ha tenido como consecuencia colateral anticiparnos el futuro: se ha acelerado la transición a la sociedad digital y aquellas empresas que bien no sepan verlo o no se adapten, se quedarán fuera de las nuevas reglas de juego.  Te contamos cuál es la situación actual y el futuro de la digitalización en las industrias alimentarias.

¿Cuál diría que es el grado de automatización de la industria alimentaria en España?

En general, el grado de automatización es alto, si bien es cierto que todavía hay empresas, sobre todo empresas pequeñas, que tienen mucha actividad manual y artesanal. Esto no quiere decir que la digitalización y la conectividad esté al mismo nivel. Es decir, el que las empresas tengan automatización no quiere decir que estén inmersas en la transformación 4.0 de la que tanto hablamos últimamente y la que realmente es el gran avance de esta era.

¿Cuáles son las líneas de inversión más habituales en el momento actual?

Las empresas se están dando cuenta de la necesidad de tener información digitalizada, por lo que sus inversiones van encaminadas en este sentido. Actualmente, lo habitual es invertir en plataformas de digitalización y gestión de la información, como ERPs y MES y, en los casos necesarios, en  la mejora o renovación de los equipos automáticos actuales, que muchas veces se han quedado obsoletos por carecer de salidas para información digital para que puedan comunicarse con otros sistemas.

¿Han penetrado estrategias basadas en inteligencia artificial para la mejora, por ejemplo, de la producción o el mantenimiento en instalaciones alimentarias? ¿para qué se utilizan los datos en la industria alimentaria? ¿cuáles son los casos de uso habituales?

La penetración de estrategias basadas en inteligencia artificial está lejos de ser habitual, aunque poco a poco el concepto está siendo asimilado por la industria como una necesidad.

La inteligencia artificial se basa en la implementación de sensores y tecnologías inteligentes capaces de generar datos que, mediante su análisis, son capaces de producir información de utilidad y anticiparse a imprevistos.

La inteligencia artificial puede mejorar, por una parte, la gestión de materia prima y la optimización de los recursos a la hora de producir, y ayuda a la estandarización de la calidad del producto, con lo que permite una mejor eficiencia y sostenibilidad del proceso.

En la actualidad hemos observado que muchas empresas están empezando a generar gran cantidad de datos que no se están utilizando para sacar beneficio o información de utilidad para su negocio. . Lo más normal es utilizar los datos para control de inventario o gestión de envíos, pero no es todavía usual utilizarlos inteligentemente, para el ajuste automático de la producción según la calidad de la materia prima, predicción de consumos, predicción de demandas, etc.  y este es el verdadero valor de la implementación de la inteligencia artificial. Sólo empresas muy grandes están empezando a hacer esto.

¿Qué otras tecnologías están generando mayores expectativas en el camino hacia la mejora de la industria?

El uso de sensores inteligentes es la base para la transformación digital ya que van a ser las herramientas para conseguir los datos objetivos que permitan el desarrollo de modelos predictivos que ayuden a mejorar el proceso y a estandarizar la calidad del producto. Otras tecnologías, como la realidad aumentada o los gemelos digitales, están ayudando a generar diferentes escenarios de producción y anteponerse a situaciones inesperadas. Estas tecnologías aún se utilizan poco en la industria alimentaria, pero pueden suponer una gran ayuda a la hora de optimizar la producción y los procesos. También, tecnologías relacionadas con el mantenimiento predictivo de las máquinas es una de las vías que abre la digitalización y que es muy interesante para empresas con gran volumen de producción.

La digitalización está abriendo muchas expectativas en la industria alimentaria pero también genera grandes retos. La industria alimentaria aún es reacia a su implementación, por varios motivos: falta de conocimiento de estas herramientas: en ocasiones hay industrias que no saben qué herramientas son las más adecuadas y cómo incorporarlas, y, a su vez, falta de tecnologías específicas para la casuística particular de una industria de estas características.

¿Cómo influye el sector alimentario en la automatización de sectores productivos adyacentes como el agroalimentario?

Más que automatización, habría que hablar de digitalización. La digitalización (y conectividad) ,hoy en día, hay que concebirla desde un punto de vista holístico, incluyendo todos los eslabones de la cadena de valor, que dejaría de ser lineal, ya que, gracias al uso de información, todos los eslabones pueden estar interconectados. Por ello, la digitalización de un eslabón, como el alimentario, influye en todos los demás de la cadena, de forma que llegue a ser más transparente y trazable.

Finalmente, y tomando la actual situación generada por la pandemia del Covid-19, ¿cómo está enfrentándose a esta situación la industria del sector?

La pandemia está afectando al sector. El hecho de la desaparición mayoritaria del sector HORECA durante la pandemia ha hecho que muchas empresas hayan reducido mucho la producción y que se haya trastocado su negocio. Creemos que la pandemia aun así podría generar otras oportunidades si la industria alimentaria estuviera preparada. En este sentido, las herramientas digitales, conectividad e inteligencia artificial pueden ayudar. Por ejemplo, el hecho de tener un feedback de consumidor demandas etc, podría ser eficaz para reajustar las producciones o para reinvención puntual de las empresas, favorecer el comercio online, con el fin de no perder capacidad productiva o puestos de trabajo.

¿Qué otros retos, más a medio y largo plazo, aparecen en el horizonte de la industria alimentaria?

El principal reto de la industria alimentaria a medio y largo plazo es conseguir la digitalización de toda su cadena, de manera que sea más transparente (en términos de calidad, seguridad e integridad) y se aumente la confianza del consumidor. Asimismo, esta digitalización de la cadena permitirá la generación de nuevos modelos de negocio e, incluso, aumentar su resiliencia ante imprevistos, como la que estamos viviendo ahora con el COVID-19 o la que vivimos hace unos meses con el temporal Gloria.

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