RAQUEL LLORENTE, Experta en tecnologías alimentarias de AZTI

Durante el periodo de confinamiento de la alerta sanitaria y para reducir el número de salidas al supermercado, hemos aumentado la cantidad de alimentos perecederos en nuestros hogares. Esto supone organizar minuciosamente nuestro frigorífico. Para ello hay que tener en cuenta las propiedades y necesidades de conservación de cada tipo de alimento. El frigorífico puede ser un foco de contaminación de los alimentos si estos no están bien organizados en su interior, provocando una reducción de la vida útil de los alimentos y una pérdida de nutrientes.

Listamos los elementos a tener en cuenta a la hora de guardar los alimentos en el frigorífico:

1.- Zonas de más y menos enfriamiento

La puerta y la parte superior son las que menos enfrían y según vayas descendiendo, enfriará más la nevera. La parta baja, justo encima del cajón de las verduras, es la más fría. Además, es importante dejar espacio entre los alimentos para que el aire de refrigeración circule bien y la distribución de temperatura no se vea afectada.

2.- Durabilidad del alimento

Hay alimentos mucho más perecederos que otros y que para garantizar su máxima vida útil es importante saber dónde colocarlos dentro de la nevera.

  • Las carnes y pescados son los alimentos más perecederos por lo que se colocarán en la zona más fría de la nevera. Esta zona suele ser la que queda por encima del cajón de las verduras.
  • Los lácteos y embutidos. Deben colocarse en la parte central del frigorífico porque no necesitan tanto frío.
  • Los alimentos ya cocinados, las sobras de conservas y los pasteles se colocarán también en la zona intermedia o alta del frigo.
  • Los huevos no necesitan tanto frío; su lugar idóneo será la parte superior o la puerta del frigo.
  • Las frutas y verduras se colocarán en los cajones disponibles en el frigorífico para su conservación, donde la temperatura es mayor. Las bajas temperaturas, al contrario que la carne y pescado, pueden deteriorarlas. Estos cajones mantienen la humedad de frutas y verduras evitando que se resequen y consiguiendo una mayor vida útil. Además, lo ideal es guardarlos sin ningún tipo de protección o en bolsas abiertas y si es posible separar frutas y verduras en diferentes cajones.
  • La zona de la puerta de apertura es la parte menos fría, allí se colocan los productos que no precisan temperaturas demasiado bajas, por ejemplo, las bebidas, mostaza, salsa de tomate o mantequilla.

3.- Producto crudo o procesado

Para evitar contaminaciones cruzadas es importante separar los productos elaborados y tratados térmicamente (sobras y comida elaborada) de los no procesado (por ejemplo, los huevos). Para las sobras de comida o comida elaborada en casa, es preferible dejarlos enfriar un poco antes de introducirlos al frigo para no subir la temperatura del frigorífico (2 horas como máximo) y convenientemente envasados.

4.- No todo va al frigorífico

Hay alimentos que es mejor no conservar en el frigorífico, para no alterar su sabor y que podamos tomarlos en su punto de maduración. En algunos casos incluso puede acelerar su deterioro. Así por ejemplo tomates, frutas tropicales como la piña, mango, aguacate o los plátanos, patatas, cebollas y ajos siempre hay que almacenarlos también fuera de la nevera.

5.- Regla FEFO (First Expired, First Out)

Se recomienda que los alimentos se organicen por su fecha de caducidad aplicando la regla “FEFO” (First Expired, First Out), lo primero que caduca es lo primero que sale. Por tanto, los alimentos recién comprados, deberían colocarse detrás para así consumir los que más tiempo llevan dentro. De esta manera, se evita que la comida se caduque y se deteriore.

6.- Proteger los alimentos

Los alimentos deben estar bien protegidos en el frigorífico colocándolos en envases cerrados o envueltos. De esta manera evitaremos la desecación en contacto con el aire frío, su enranciamiento o oxidación y sobre todo la contaminación cruzada por los exudados que carnes y pescados suelen sufrir.

7. Medidas extraordinarias de desinfección

Adicionalmente a los consejos anteriores y debido a la situación actual, antes de introducir los alimentos en el frigorífico, se recomienda desinfectar la superficie de los mismos. Para los envases se utilizará un paño impregnado en agua y lejía. Para las frutas y verduras se recomienda lavarlas en agua potable con lejía de uso alimentario (una cucharada por cada 3 litros de agua) y después acláralas con abundante agua corriente. No obstante, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) está haciendo un seguimiento muy exhaustivo de la propagación del virus y hasta la fecha no se ha informado de ningún caso de transmisión a través de alimentos.

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