PATRICIA RIOJA y RAQUEL RODRIGUEZ. Expertas en Tecnologías Alimentarias. AZTI

El Gobierno ha decretado 15 días más del estado de alarma debido al Coronavirus Covid 19 , y esto significa que se amplía el período en el cual los más peques no podrán acudir al colegio o guardería y nosotros tendremos que planificar una estrategia logística de comida para abastecernos durante estos días procurando acudir lo mínimo y estrictamente necesario al supermercado, o realizando la compra a través de la opción de compra online de la que disponen la mayoría de los supermercados. Parece difícil, pero aquí van unos mini consejos sobre qué tienes que saber sobre cómo almacenar los productos.

CONSEJO 1: Las Normas de higiene alimentaria cobran, si cabe, más sentido ahora.

Cuando vayamos a guardar los productos comprados, seguiremos las siguientes pautas:

  • Lavarse las manos con jabón.
  • Limpiar la superficie donde se vayan a colocar los productos con agua y con jabón.
  • Sacar los productos, tirar o poner a lavar las bolsas de tela y, después, volver a lavarse las manos.
  • Limpiar los envases con un trapo o un papel de cocina humedecidos con una solución de lejía diluida en agua (una cuchara sopera -10 ml- de lejía en 1 litro de agua)
  • Lavar los vegetales crudos bajo el chorro del grifo. Si vas a comer fruta o verdura cruda con piel, es importante además sumergirla 5 minutos en agua potable con lejía de uso alimentario (una cucharada por cada 3 litros de agua) y después acláralas con abundante agua

CONSEJO 2: Clasificar los alimentos en alimentos que no necesitan frío, alimentos refrigerados y alimentos congelados.  

La etiqueta de los productos alimenticios nos puede ayudar, ya que en muchos casos nos informará del modo de conservación más adecuado. No tires los envases de los productos sin asegurarte de que conoces bien el modo de conservación y de empleo.

No debemos almacenar productos o limpiadores químicos junto con alimentos y nunca se debe utilizar para almacenar alimentos, recipientes que hayan contenido productos no alimenticios o sustancias químicas.

CONSEJO 3: Los alimentos que necesiten frío para su conservación deben ser guardados con rapidez para mantener la cadena de frío.

La temperatura ideal de refrigeración oscila entre 0 y 5ºC. Esto es importante no sólo para preservar la calidad, propiedades nutritivas y organolépticas de los productos alimenticios, sino también para mantener al alimento en condiciones adecuadas de seguridad. El frío no destruye los microorganismos, pero sí hace más lento o detiene su desarrollo. Recuerda que el criterio que se debe seguir a la hora de consumir los alimentos es el FIFO (first in, first off), que implica consumir primero lo que primero ha entrado al frigorífico. De todas formas, antes de consumir un producto que ha permanecido en el frigorífico durante mucho tiempo, verifica visualmente si tiene mohos en superficie, olor y/o sabor extraño. En caso positivo, no lo consumas y tíralo a la basura.

CONSEJO 4: Si abres un producto perecedero y no lo consumes en su totalidad, retíralo del original y trasládalo a un recipiente hermético para su conservación en el frigorífico.

CONSEJO 5: Divide los alimentos que quieras congelar en pequeñas porciones.

Además de facilitar la congelación, te permitirá organizar las raciones. Utiliza para ello bolsas herméticas aptas para congelar, de un solo uso, procurando eliminar el aire interior antes de introducirlas en el congelador, y dejando de 1/3 de la capacidad de la bolsa libre, para favorecer el cierre y la posibilidad de que la bolsa se abra por el aumento de volumen durante la congelación. Marca con un rotulador indeleble la fecha de congelación o si utilizas pegatinas, asegúrate de que son aptas para congelación, ya que, sino se te despegarán una vez introducido el producto en el congelador, y perderás la trazabilidad.

CONSEJO 6: Si quieres congelar un alimento después de cocinarlo (mínimo a 65ºC durante 4 minutos o equivalente), comprueba que esté frio antes de introducirlo en el congelador.

Además, asegúrate de que le recipiente que introduces es apto para la congelación. Y por supuesto, evita recongelar alimentos previamente congelados. Del mismo modo, planifica con antelación lo que quieras descongelar, y colócalo en un envase tapado en el estante inferior de la nevera con tiempo suficiente para que se descongele por sí solo, para que, si se produce un exudado, no caiga encima de otros alimentos y los contamine.

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