Durante los días 13, 14 y 15 de mayo, Food4Future 2025 fue escenario de debates y reflexiones clave sobre el presente y futuro del sector alimentario. A continuación, destacamos algunas de las ideas más relevantes que se compartieron en estas jornadas. 

Retos estratégicos para la industria alimentaria

En dos mesas redondas sobre Retos y oportunidades de la industria alimentaria”, los CEOs de Angulas Aguinaga (Oscar Vicente), McCain Foods (Pablo Palza), Delaviuda (Isabel Sanchez), Anecopp (Joan Mir) Eroski (Rosa Carabel), Nueva Pescanova (Jorge Escudero), Tutti Food Group (Daniel Palacio) y Martínez Somalo (Elena Martínez) coincidieron en que el sector atraviesa una etapa de profunda presión e incertidumbre, marcada por la inflación, la presión sobre los costes, cadenas de suministro más frágiles de lo deseado, el dominio de las marcas de la distribución, las crecientes exigencias medioambientales, la falta de personal y los cambios en los patrones de consumo. El consumidor quiere cocinar menos, comer mejor y que todo sea fácil, rápido y rico. El consumidor ha cambiado y el planeta no espera. 

Las mesas redondas no solo se enfocaron en trazar el futuro de la industria alimentaria, sino también en identificar las competencias indispensables para quienes aspiran a liderarla. La clave radica en transformar la incertidumbre en una ventaja competitiva a través de la integración estratégica de datos compartidos, la colaboración intersectorial y una innovación constante en procesos y productos. Además, resulta imprescindible apostar por la diversificación de mercados y líneas de negocio, así como por una gestión inteligente que maximice la eficiencia operativa y potencie la creación de valor. En este contexto, el talento joven se posiciona como un recurso crítico, demandando estrategias claras para su captación, desarrollo y retención, en un esfuerzo por construir equipos diversos y cohesionados que puedan enfrentar los retos del mercado global. 

Los líderes del sector coinciden en una verdad tan poderosa como desafiante: alimentar a más personas en un mundo con recursos limitados requiere una transformación radical. La industria ya no puede permitirse lentitud ni indecisión; quien aspire a liderar este mercado debe comprender que estamos jugando una partida nueva definida por tres pilares: sostenibilidad, agilidad y humanidad. Mientras tanto, la cadena de valor debe reinventarse con audacia, asegurando el margen operativo sin comprometer su esencia. En este entorno, no hay tiempo para dudas: la acción es la única opción viable para quienes buscan permanecer relevantes

El sector enfrenta el desafío ineludible de transformarse para garantizar competitividad y rentabilidad, todo ello mientras reduce su impacto ambiental. La clave está en responder a un consumidor cada vez más exigente, que busca alimentos más saludables, funcionales y accesibles. Este es el momento de liderar con visión audaz y estrategias que anticipen un mercado en constante cambio

La paradoja del sector es ofrecer precios asequibles al mercado y generar valor de forma sostenible al accionista, a los clientes y a las personas. La ecuación es clara: precios asequibles = eficiencia extrema + predicción certera. Pero ¿cómo lograrlo en un mercado volátil? Las y los CEOs coinciden: la gestión de datos no es un complemento, sino el sistema circulatorio de la cadena alimentaria. Desde la adquisición de materias primas hasta la logística, los algoritmos predictivos permiten reducir mermas en un 30% y anticipar demanda con un 90% de precisión. La verdadera revolución ocurre cuando los datos no solo se recolectan, sino que también se comparten de manera estratégica entre proveedores, productores y distribuidores. Este enfoque colaborativo permite construir un ecosistema eficiente donde la transparencia elimina ineficiencias ocultas y optimiza la cadena de valor en su totalidad, generando oportunidades significativas para todos los actores del sector. 

Algunas frases para recordar:  

  • En un escenario de continua incertidumbre “la gestión de riesgos es fundamental para anticiparse a los problemas”. 
  • “Hay que fallar rápido”. Innovar no como hobby, sino como músculo: se han propuesto que el 15% de sus ventas vengan de productos creados en los últimos 5 años. Esa cifra no es aleatoria. Es una declaración de guerra contra la comodidad. 
  • “Internacionalizar no es exportar sin brújula”.  Debes tener claro qué quieres, dónde lo quieres y cómo lo vas a hacer. No vale todo, como el ejemplo: se está reinventando el turrón “Lo estamos chocolatilizando”.   
  • En la necesidad de abordar los cambios de hábito del consumidor: “Los ciudadanos demandan productos más saludables, con menor impacto ambiental y con una trazabilidad completa”. Esa es una oportunidad si sabemos adaptarnos. 
  • “No hay categorías maduras, hay managers aburridos.” ¿Turrón? ¿Congelado? ¿Fruta? Todo se puede reinventar si tú también te reinventas. la innovación no solo debe centrarse en el producto, sino también en los procesos y en la forma en la que conectamos con el consumidor. 
  • “Cualquier pequeño productor debe tener acceso a la gran innovación”. Hay que hacer de la tecnología algo democrático. 
  • “Esto ya no va de competir, va de cooperar con sentido”. 
  • “La transformación digital no es una opción, es una obligación”.  

Otra conclusión en la que coinciden ante el desierto demográfico es imperativo poner a las personas en el centro, realizar planes de relevo y retención que atraigan nuevo talento y promuevan la diversidad, inclusión y cohesión dentro de los equipos. Es prioritario prestigiar al sector para que ser atractivo sobre todo a los jóvenes profesionales. Necesitamos talento joven que vea en el agroalimentario una industria innovadora, digital y con impacto social. 

Retos y desafíos de la industria alimentaria

Marcas de distribuidor vs. marcas de fabricante

El avance de las marcas de distribuidor (MDD) fue protagonista en la ponencia de César Valencoso (Kantar Media), titulada «Private Label vs Manufacturer Brand, The Final Battle«. Valencoso enfatizó el avance imparable de las marcas de distribuidor en el mercado de gran consumo,impulsado por los grandes minoristas y la menor percepción de diferencia en calidad frente a las marcas de fabricante. El dominio de la distribución y de las marcas propias crea un ecosistema competitivo especialmente desafiante para los fabricantes. 

El conflicto creciente entre marcas de distribuidor (MDD) y marcas de fabricante es una cuestión de máxima relevancia en el contexto actual del gran consumo. Muchas empresas están intentando reactivar el crecimiento (Top Line) tras años centrados en la eficiencia de costes, lo que pone en evidencia la dificultad de avanzar en un mercado dominado por los retailers y por las MDD. Esta lucha no solo es tendencia, sino clave para el futuro de las marcas.  

Ante este escenario, Valencoso señaló que las marcas de fabricante no deben limitarse a competir por precio. En su lugar, recomendó apostar por una estrategia a largo plazo, basada en la inversión en marca, innovación y calidad, sin dejarse paralizar por el miedo y manteniendo el equilibrio entre objetivos a corto y largo plazo. Todavía hay batalla y las marcas de los fabricantes tienen margen para el crecimiento, ya que otros factores como el valor percibido, la innovación o la conexión emocional superan el factor precio. 

De esta manera, se pone en evidencia que la innovación juega un papel crucial en la construcción de marcas genuinas y poderosas, capaces de conectar emocionalmente con los consumidores. Es necesario hacer más y mejor investigación, diferentes a las habituales, para entender mejor el comportamiento del consumidor y los motivadores en la toma de decisión en este nuevo contexto. 

Globales, locales y distribuidor: ¿quién gana la partida?

En un entorno cada vez más competitivo y fragmentado, las marcas se enfrentan al desafío de expandirse globalmente sin perder su identidad local. Esta dualidad fue el eje central de la sesión “Marcas locales vs. globales vs. marcas de distribuidor”,  donde participaron en el panel Javier Roza (Mantequerías Arias), Carmen Guelbenzu (Eroski), Iratxe Berriozabal (Angulas Aguinaga) y Néstor Nava (Grupo Gallo). 

El debate abordó temas clave como el posicionamiento, la fidelidad del consumidor y la ventaja competitiva en un mercado donde la diferenciación se construye a partir de una calidad innegociable, el arraigo local y una innovación constante, entendida como la capacidad de adaptación ágil a las nuevas demandas del consumidor y la distribución. 

En relación con el auge de las marcas del distribuidor (MDD), el reto no es solo competir, sino colaborar con los retailers para responder mejor a las necesidades de todos los perfiles de consumidores y sostener un ecosistema innovador. 

La clave para una marca de un fabricante para competir  está en el «triángulo de la diferenciación»: producto único (mejor y percibido así por el consumidor), marca reconocida y la capacidad de generar valor añadido (margen más alto). Como ejemplo cabe destacar el caso de éxito del queso camembert Le Rustique, lanzado en 2024 y convertido en líder de su categoría en apenas 10 meses. Con un crecimiento de doble dígito y una ganancia del 70% de cuota frente a la MDD —a pesar de su precio más alto— este caso demuestra que es posible competir con éxito cuando la propuesta de valor es clara y diferencial. Un ejemplo inspirador de cómo una marca puede impulsar la categoría y generar valor en toda la cadena, desde distribuidores hasta consumidores. 

  • Valor vs precio: Las marcas deben reafirmar su propuesta de valor frente a la presión creciente de las MDD. El consumidor busca precio, pero también calidad, confianza y sentido de marca
  • Innovación como ventaja diferencial: La innovación constante es fundamental para destacar. Esto incluye nuevos productos, formatos adaptados, mejoras saludables y propuestas de conveniencia que aporten valor añadido y fidelicen al consumidor. 
  • Fortalezas de lo local: Las marcas locales están capitalizando su proximidad, autenticidad y origen, factores cada vez más valorados por el consumidor, especialmente en alimentación. Se refuerza la conexión emocional y la percepción de sostenibilidad. 
  • Fabricantes y retailers: ¿rivalidad o colaboración? Es necesario evolucionar hacia una relación más estratégica y colaborativa, donde ambos actores (fabricante y distribuidor) trabajen con objetivos comunes: generar valor, eficiencia y conocimiento compartido. 
  • Sostenibilidad y propósito: Las marcas con propósito claro y compromiso sostenible están mejor posicionadas para diferenciarse a largo plazo. Este aspecto cobra fuerza como criterio de decisión de compra, especialmente en consumidores jóvenes. 

Como conclusión se destaca que el entorno actual exige adaptabilidad, foco en el consumidor y decisiones valientes, no hay un único modelo ganador; cada tipo de marca tiene palancas específicas para competir, y por último, la coherencia entre lo que la marca dice, hace y representa será más importante que nunca. 

Liderazgo Inspiracional

Talento y liderazgo: claves para un futuro sostenible

Como cierre, el congreso de Food4Future también puso el foco en un reto clave para el sector: la atracción y retención del talento.  

En la sesión titulada ‘Liderazgo inspiracional: claves para empoderar personas y fomentar el trabajo en equipo’, tres destacadas líderes empresariales de los sectores tecnológico y agroalimentario —Cristina Burzako (Consejera de Telefónica), Verónica Pascual (Presidenta Fundación Asti) y Sara De Pablos (Fundadora de Greater Transition Community)— compartieron sus experiencias y reflexiones. 

En su intervención, pusieron de relieve la necesidad de dignificar y revalorizar las profesiones del sector agroalimentario para posicionarlo como un entorno laboral más atractivo y con proyección profesional. Durante la sesión se puso de relieve la diversidad, la inclusión, la edad media laboral, el absentismo y la dificultad de contratar en sectores como el agro. Coincidieron en que el ingrediente fundamental para que las empresas tengan éxito en un contexto tan cambiante son las personas: personas profesionales, motivadas, empoderadas y alineadas con el propósito y los valores de la empresa. 

Además, para atraer y retener talento que aporte valor y fomente el trabajo en equipo, es imprescindible comprender las nuevas expectativas y valores que estos profesionales traen consigo. Así, destacaron la necesidad de apostar por un liderazgo “con alma” que motive y empodere a las personas y por la creación de equipos cohesionados que trabajen unidos en torno a un proyecto común, y que la comunicación trasparente, clara y constante es imprescindible para alinear empresas a su propósito y construir marcas empleadoras y atractivas. 

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