MERCEDES CARO, MÓNICA IBARGÜEN y ANA BARANDA. Expertas en procesado de alimentos. AZTI

Están a punto de poder salir un poco a la calle, pero el día a día de los más pequeños de la familia dista mucho de la normalidad. La situación actual supone un reto a las familias y entre otras preocupaciones, surge la duda de que deberían comer los niños y niñas de la casa para mantenerse sanos. Las recomendaciones para mantener una dieta equilibrada son las mismas que para los adultos, sin embargo, las cantidades varían según la edad y los requerimientos individuales y por eso es importarte prestar atención a la sensación de hambre expresada y ajustar las raciones.

La infancia es el momento más importante para enseñar a los niños nuevos alimentos saludables y crear mejores hábitos de alimentación saludable.  Los hábitos son acciones que se aprenden por repetición siendo la a casa y el colegio los lugares donde, generalmente, nuestros hijos aprenden sus conductas. Crear unos hábitos alimentarios saludables durante la infancia es fundamental para favorecer la práctica de un estilo de vida más saludable en el futuro y para evitar enfermedades crónicas en la edad adulta.

Los niños aprenden por imitación: si los mayores comienzan a enseñarles desde pequeños, imitarán sus hábitos alimentarios saludables desde un principio. Por ello, una herramienta clave para ayudarles a desarrollar hábitos es a través de nuestro ejemplo.

La situación actual obliga a que realicemos todas las comidas en familia, lo que se convierten en momentos muy valiosos de aprendizaje. Debemos crear un buen ambiente, promoviendo el dialogo en familia, y evitando realizar otras tareas mientras se come (por ej. Ver TV, videojuegos, etc.).

Incluir al niño en la planificación y/o elaboración de las comidas es importante. Al hacerles partícipes de estos momentos les transmitimos seguridad y estamos mejorando su autonomía, lo que mejora su autoestima. Asimismo, al involucrarse en la preparación de los alimentos, los conocen mejor y se familiarizan con los procesos de elaboración. Esto ayuda a reducir la neofobia, el miedo a probar cosas nuevas, y por tanto mejora la aceptabilidad de los alimentos.

Qué proponemos:

  • Innovar con diferentes ingredientes: La cesta de la compra debería añadir frutas y verduras y aprovechar para incluir diferentes variedades no habituales en nuestro día a día.
  • Aprovechar para ir rebajando las dosis en azúcar a las que están acostumbrados: sustituir los cereales de desayuno con mucho azúcar por alternativas más variadas y saludables, puede ser un comienzo.
  • Organizar tipos de comida diferente: prepara diferentes adobos para pescados y carnes, salsas diferentes para aderezar la pasta (añade champiñones, calabacín…). Cenas variadas y que resulten divertidas, verduras a la plancha, dips preparados en casa y acompañados por verduras crudas (zanahoria, nabo, apio…) pueden ser una opción.

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