¿Cómo puede Europa recuperar su naturaleza?
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A principios de 2024, el Parlamento europeo someterá a votación la versión final de la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN), una regulación global única que ha sido objeto de un intenso debate. Su propósito es detener la pérdida de biodiversidad en Europa. Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Duisburgo-Essen, en Alemania, y en el que participan dos investigadores españoles, ha investigado las perspectivas de esta nueva regulación. El artículo se publicará el 15 de diciembre en la revista Science.
La Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) exige que los estados miembros de la Unión Europea implementen medidas de restauración en al menos el 20% de las áreas terrestres y marinas para 2030, extendiéndose a todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados para 2050. Esto incluye metas específicas para la recuperación de terrenos pantanosos o el aumento de las poblaciones de polinizadores. A pesar de enfrentar desafíos burocráticos, la LRN fue recientemente aprobada por el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo tras negociaciones entre las delegaciones del Parlamento y del Consejo de Europa para definir el texto final.
Sin embargo, surge la pregunta de si esta regulación logrará realmente sus objetivos, considerando los numerosos cambios realizados durante el proceso de negociación. Los autores del artículo que se publicará en la revista científica Science -y que incluyen varios coordinadores de importantes proyectos europeos sobre la restauración de la naturaleza y la biodiversidad tanto terrestres como marinos, analizan las experiencias con otras directivas y políticas medioambientales europeas-, evaluando los obstáculos que la LRN deberá superar para tener éxito.
“La LRN evita algunos escollos que suelen dificultar la implementación de las políticas y regulaciones europeas, demostrando que la Comisión ha aprendido de experiencias previas”, según afirma Daniel Hering, de la Universidad de Duisburgo-Essen, primer autor del estudio. “Aunque la regulación establece objetivos y plazos ambiciosos con pasos de implementación claros, la verdadera clave para el éxito de la LRN radicará en su implementación a nivel nacional, donde los países europeos deberán decidir los pasos para alcanzar los objetivos, muchos de los cuales son voluntarios”, explica Josef Settele, del Helmholtz Center for Environmental Research UFZ de Halle, en Alemania, uno de los autores del estudio.
Una clave en la implementación de la ley será la cooperación en la restauración de la naturaleza de los propietarios de tierras, en particular los agricultores. “La agricultura intensiva es todavía un factor clave en la pérdida de biodiversidad en Europa”, afirma el autor Guy Pe’er. “Pero los objetivos para la agricultura y la restauración de la naturaleza pueden ser coordinados, con oportunidades para ambas”. La agricultura se beneficia directamente de suelos saludables, de las poblaciones de polinizadores y del incremento de la capacidad de almacenar agua en el medio, todos ellos objetivos de la LRN.
Los mares también se beneficiarán de la restauración
Por su parte, otro de los científicos que ha participado en el estudio, Ángel Borja, del centro tecnológico AZTI y coordinador del proyecto europeo GES4SEAS, que busca minimizar las presiones humanas y sus impactos sobre la biodiversidad marina y el funcionamiento de los ecosistemas, destaca que “los mares europeos también se beneficiarán de la restauración, contribuyendo a alcanzar su buen estado ambiental, tal y como requiere la Directiva de la Estrategia Marina europea. Esto hará que los servicios que el ecosistema marino nos proporciona sean más beneficiosos para el ser humano”.
Otro de los autores, el profesor Agustín Sánchez-Arcilla, director del Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universitat Politècnica de Catalunyta – BarcelonaTech (UPC) y coordinador del proyecto europeo REST-COAST, que tiene como objetivo aumentar de escala la conectividad rio-delta-costa y usar los procesos naturales en la franja costera para aumentar su resiliencia ante el cambio climático, afirma que «los objetivos de restauración de esta ley, que se alinean perfectamente con proyectos europeos como REST-COAST, proporcionan múltiples beneficios para un amplio abanico de usuarios e interesados en la zona costera, sobre todo porque descarbonizar la protección costera va en beneficio de estas mismas comunidades». Este esfuerzo de restauración, destaca el profesor Sánchez-Arcilla, «ayudará a que los objetivos de las intervenciones costeras a corto plazo se alineen con los objetivos de protección de la costa a medio y largo plazo, reduciendo los riesgos tanto para actividades socio-económicas como sistemas naturales y combinando técnicas, financiación y planes de adaptación con sistemas de alerta que permitan una toma de decisiones acorde a estos objetivos de restauración».
Los investigadores concluyen que los fondos europeos deben ser utilizados para alcanzar los objetivos de la LRN, una afirmación que debe ser intensamente debatida en ciencia y en la aplicación con los usuarios del medio natural. Aunque los autores tienen una visión positiva de la LRN en general, advierten sobre la necesidad de una implementación nacional ambiciosa y la cooperación con sectores económicos como la agricultura y la pesca, los cuales determinarán el éxito de la restauración de la naturaleza en Europa. La LRN forma parte del Green Deal y tiene por objetivo contribuir de manera significativa a los objetivos climáticos de la UE y a los acuerdos internacionales de biodiversidad de Kunming-Montreal. Este acuerdo global estipula la restauración de un mínimo del 30% de los ecosistemas degradados. Dado que el 80% de los hábitats de la UE están degradados, la LRN representa un paso crucial para abordar estos desafíos ambientales.
Artículo: https://www.science.org/doi/10.1126/science.adk1658