ITZIAR TUEROS, coordinadora del área de Alimentación y Salud

Las personas con cáncer tienen en la alimentación una gran aliada. Las últimas tecnologías y avances en sector foodtech han logrado considerables mejoras en la alimentación de pacientes y, en consecuencia, en su calidad de vida. Hablamos con Itziar Tueros, coordinadora del área de Alimentación y Salud sobre cómo foodtech y cáncer es una alianza con un grandísimo potencial

Cómo puede el foodtech ayudar a las personas con cáncer

El foodtech, que emplea tecnologías como el big data o la inteligencia artificial, así como nuevas biotecnologías, como las ciencias ómicas, que analizan proteínas, genes, metabolitos, o las características de las bacterias de nuestro sistema digestivo (microbiota) permiten conocer mejor el metabolismo y la relación entre la alimentación y la salud o la enfermedad. En concreto, en pacientes de cáncer nos permite estudiar cual es la alimentación más adecuada de acuerdo al metabolismo alterado que presentan y los diferentes efectos secundarios que sufren como consecuencia de los tratamientos (pérdida de gusto, sequedad bucal, llagas en la boca, disfagia…).

Algunos proyectos en los que hemos trabajado sobre foodtech y cáncer

El proyecto ONCOFOOD ha supuesto un hito en cuanto a desarrollar soluciones de alimentos para pacientes oncológicos, en los que, precisamente estos pacientes, han tenido un papel crucial. Se ha contado con ellos desde el principio, en sesiones de co-creación y al final, ya que han sido ellos los encargados de catar los productos desarrollados aportando su visión, lo que ha servido para adaptarlos a sus necesidades. Ahora el gran reto está en la comercialización de estos productos para que puedan ser accesibles a los pacientes.

Actualmente estamos trabajando en un proyecto con mujeres supervivientes de cáncer de mama. Afortunadamente son cada vez más las mujeres que superan este tipo de cáncer (en España la tasa de supervivencia está en torno al 85%), sin embargo, estas mujeres tienen un mayor riesgo de padecer otras enfermedades crónicas, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, así como un mayor riesgo de reincidencia. El objetivo de este proyecto es diseñar una estrategia nutricional personalizada basada en herramientas moleculares como la lipidómica y la nutrigenética para mejorar su estado nutricional y metabólico. En estos momentos estamos en el proceso de reclutamiento en el hospital Donostia y Onkologikoa de San Sebastián, y esperamos terminar en 2023. Este proyecto está financiado por la Asociación Contra el Cáncer, y resulta especialmente novedoso, ya que es la primera vez que esta asociación financia un proyecto de nutrición y cáncer dentro de su programa de “proyectos estratégicos”.

Una dieta personalizada puede mejorar la salud de las personas obesas o con enfermedades como el cáncer o la disfagia

Actualmente se sabe que cada persona responde de manera diferente a alimentos o dietas específicas tanto a corto como a largo plazo. Además, las guías nutricionales que existen se centran en recomendaciones generales que no tienen en cuenta las necesidades individuales o, cuanto menos, de grupos poblacionales con características comunes. Comprender mejor el metabolismo y los requerimientos de personas con obesidad, con cáncer o con disfagia nos permite poder diseñar guías nutricionales más precisas a nivel grupal, pero también alimentos con unas características que responden de forma muy precisa a sus necesidades. Además, desde un punto de vista más emocional, a las personas nos gusta sentirnos únicas y que nos recomienden aquello que puede ser lo más adecuado para nosotras, puesto que como decía, cada persona responde de manera diferente.

Para poder dar una recomendación nutricional personalizada es necesario abordarlo desde un punto de vista holístico, primero es necesario caracterizar a la persona a diferentes niveles: hábitos nutricionales-comportamiento, nivel de actividad física, estado de salud general, y como venimos comentando, especialmente a nivel molecular. Para ello, necesitamos medir diferentes parámetros en sangre, orina y/o heces. Estos parámetros se seleccionan para cada persona, de acuerdo a la evidencia científica definida en estudios clínicos previos, sabemos qué parámetros de todos los que se investigan actualmente son los más relevantes para cada grupo poblacional y así podemos proporcionar una recomendación de dieta, por categorías de alimentos, números de raciones, tamaño de las raciones que se adapta a la necesidad de la persona.

Estudios clínicos nutricionales: principales puntos en los que se basará la tecnología de la alimentación

Los estudios clínicos de intervención nutricional son los que mayor evidencia científica proporcionan, por tanto, resultan imprescindibles para poder avanzar en el estudio de la compleja relación existente entre alimentación, nutrición y estado de salud o enfermedad. Sin duda, debemos continuar en esta línea para poder después trasladar los resultados a la sociedad.

Los retos de la investigación en la alimentación de los pacientes con cáncer

Uno de los grandes retos está en la integración de la nutrición en la práctica diaria a nivel clínico, aunque este aspecto está mejorando, desgraciadamente no todas la unidades de oncología disponen del soporte de expertos en nutrición y dietética. Por otro lado, es necesario entender mejor el metabolismo del cáncer, o de los diferentes tipos de cáncer para así, poder devolver unas pautas nutricionales lo más precisas posible, y que tengan un impacto sobre los pacientes. El futuro de la alimentación será personalizado y tenemos que trabajar en esa dirección para poder dar respuesta a los retos de nuestra sociedad, siendo el cáncer uno muy importante.

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