• AZTI, que participa en esta iniciativa junto a otros 7 centros de investigación europeos, ha acogido la tercera reunión de socios del proyecto, celebrada el pasado mes de octubre en su sede de Pasaia

(Pasaia, a 16 de noviembre de 2018) Por primera vez, centros de investigación de diferentes países forman un consorcio europeo para el estudio de la calidad de las aguas marinas mediante técnicas novedosas de muestreo pasivo, que ofrecen la ventaja, entre otras, de analizar contaminantes a concentraciones muy bajas, más allá de los límites de detección de las técnicas tradicionales. Dicho consorcio ha lanzado el proyecto MONITOOL financiado con casi 1,5 millones de euros por el programa europeo para la Cooperación Internacional INTERREG ATLANTIC AREA (2016-2020).

El principal objetivo del proyecto MONITOOL es contribuir a una mejor implementación de la Directiva Marco del Agua (ente legislativo que controla y regula la calidad de todas las aguas europeas) mediante el uso de dispositivos de muestreo pasivo, para la evaluación del estado químico de las aguas de transición y costeras.

Además de AZTI, el nuevo consorcio lo integran 6 centros de I+D pertenecientes a las diferentes regiones del margen Atlántico europeo, desde las islas Canarias hasta el norte de Escocia y un centro de referencia en estudios de muestreadores pasivos en aguas del mediterráneo. Son: Instituto Tecnológico de Canarias, Instituto Português do Mar e da Atmosfera, Instituto Superior Técnico de Lisboa, Institut Français de Recherche pour l’ Exploitation de la Mer, Dublin City University y Università degli Studi di Cagliari. Del mismo modo, otros 8 socios de los distintos países del consorcio, representados por las agencias del agua y organismos legisladores y medio ambientales, colaboran con el proyecto como partes interesadas y usuarios finales de los muestreadores pasivos en sus redes de monitoreo.

Hasta junio de 2020, el proyecto MONITOOL desarrollará protocolos comunes de muestreo y análisis, llevará a cabo campañas de toma de muestras en los estuarios y costas de las diferentes regiones que constituyen el consorcio, cubriendo todo el margen Atlántico Europeo y las aguas costeras de Cerdeña, en el Mediterráneo, recopilará datos de concentraciones de metales disueltos en aguas costeras y en estuarios y desarrollará estándares de calidad ambiental (EQS, Environmental Quality Standards) para dichos dispositivos de muestreo pasivo.

Hasta la fecha se han realizado dos grandes campañas de muestreo de aguas, instalándose a lo largo de toda la costa atlántica y en las costas de Cerdeña, un total de 300 dispositivos de muestreo pasivo, del tipo denominado DGT (del inglés Diffusive Gradients in Thin Films) para el análisis de la concentración de metales en las aguas. Los metales que se están analizando son el cadmio, el níquel y el plomo, considerados contaminantes prioritarios en la normativa europea. También se analiza la presencia de aluminio, cobalto, cobre, cromo, hierro, manganeso, plata y zinc, por el riesgo potencial que presentan para el medio ambiente.

Tercera reunión de los socios del proyecto

Durante los días 9 y 10 de octubre, coordinado por la investigadora de AZTI María Jesús Belzunce, ha tenido lugar en la sede de AZTI en Pasaia la tercera reunión de los socios del proyecto, donde los participantes han tenido la oportunidad de debatir en profundidad sobre los resultados de la primera campaña de muestreo, obtenida durante la temporada de lluvias, entre febrero y marzo de 2018.

Durante el evento de dos días se presentaron y discutieron los resultados de la primera campaña de muestreo (230 muestras de agua recogidas y 150 DGTs instalados en costa y estuarios). Además, se realizó una comparación entre los resultados de las tres metodologías de análisis de metales utilizadas y se abordó y discutió en profundidad, metal por metal y estación por estación, los datos recogidos a lo largo de todo el espacio atlántico europeo y la costa de Cerdeña.

Muestreadores pasivos para medir la contaminación marina

En el medio marino, es de gran importancia detectar la presencia de contaminantes en concentraciones muy bajas porque también éstas pueden ser captadas por los seres vivos y, en consecuencia, producir efectos adversos sobre los mismos. En el contexto de la Directiva Marco del Agua, la evaluación del estado químico de las aguas presenta actualmente una serie de limitaciones, una de ellas es, precisamente, la detección de contaminantes a bajas concentraciones. Estas limitaciones pueden ser salvadas con el uso de dispositivos de muestreo pasivo y de ahí el interés suscitado por estos dispositivos entre la comunidad científica internacional y entre los entes legisladores.

Los dispositivos de muestreo pasivo son sencillos utensilios, de bajo coste y fácil manejo. En el medio acuático se sumergen en el agua durante horas, días o incluso semanas o meses. Están constituidos principalmente por resinas que tienen la capacidad de atrapar/acumular los contaminantes del medio durante todo el tiempo de exposición. Esto permite integrar en el tiempo de exposición la variabilidad natural del medio acuático y detectar contaminantes a muy bajas concentraciones. Por lo tanto, representan un buen aliado para cumplir con los programas de vigilancia ambiental establecidos en la Directiva Marco del Agua, que obliga a los países de la UE a evaluar el estado químico de sus aguas continentales y marinas.

 

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